En esta ocasión también tenemos una reseña de una serie que lamentablemente nos dice adiós por el momento. Se trata de la adaptación al anime del manga “WataMote” (abreviatura muy pragmática para no escribir “Watashi ga Motenai no wa dō Kangaetemo Omaera ga Warui!”) obra original del artista japonés Nico Tanigawa.
Sinopsis
La historia sigue a una chica de preparatoria llamada Kuroki Tomoko, quien es la chica más popular de su escuela y los chicos se pelean por su belleza… o al menos en los videojuegos que ella tanto juega; dado que en la vida real, es una chica que duras penas puede cruzar un saludo con otro ser humano debido a su timidez.Muchos al leer la sinopsis de “WataMote” seguramente imaginaron que estaríamos ante el “Kami nomi zo Shiru Sekai” femenino, pero les advierto algo: No es así. Es como comparar el café con la soda, son cosas que tal vez se parezcan por ser líquidos… pero nada que ver una con la otra. Mientras que uno es comedia romántica, con WataMote estamos en una comedia slice-of-life (historias de día a día) en la interpretación más literal del género.
Al comenzar su primer día de clase, Tomoko decide que es hora de cambiar su vida totalmente, para a partir de ahora ser popular en el mundo real. Pero los planes no siempre van de la mano con la práctica, por lo que ira descubriendo que el socializar es un poco más complejo y difícil de lo que se imaginaba.
Ok, partiendo de ese punto muchos dirán
“¿Un Slice-of-life? Seguro es una de esas herejías comerciales como K-ON!”.Para honrar a la verdad, mentiría si les dijera que no tienen la razón si piensan así; pero a diferencia de KyoAni, SilverLink (el estudio encargado de animar a Tomoko) nos presenta un slice-of-life bastante humano, con todos los contrastes buenos y malos que lleva la rutina adolecente de la preparatoria (si no es que la vida misma).
Mientras que en K-ON! todo es alegría, pasteles, procrastinación y felicidad, en Watamote tenemos a un personaje que si bien tiene sus momentos felices, realmente cuando luce es en el momento que deja ver ese lado oscuro que todo ser humano tiene.
Las frustraciones, los egoísmos, la envidia, berrinches infantiles y el enojo con uno mismo, son emociones que veremos vivir a Tomoko; deleitándonos de risa con su sufrimiento, para así reafirmar que el hombre como especie, es muy cruel por naturaleza.
La historia tiene varios personajes, pero siendo honestos, me atrevo a decir que su justificación existencial está más bien para resaltar las tonterías de nuestra protagonista. Ojo, no son malos, pero podríamos decir que Watamote es un 90% Tomoko y nada más.
Y es aquí donde llega la parte más difícil y disfrutable de la reseña. Que es hablar de nuestra querida Tomoko.
Para descubrirla simplemente puedo decir que es tiernamente tonta. Y no, no me mal entiendan, no estamos hablando de la clásica chica moe “tonta” que tira los platos y tazas al vestirse de mesera, sino que es tonta en el aspecto de no tener sentido común alguno en lo que se refiere a relaciones sociales. Y pese a que es perfectamente consciente de ello, simplemente prefiere vivir engañada en su mundo, cosa que al final del día la hace feliz, de una forma muy extraña, pero feliz al cabo.
En cuanto a la animación me parece que el trabajo está bien hecho y si digo me parece y no un “si” 100% seguro, es porque aún no he tenido la oportunidad de leer el manga para tener un punto de referencia.
Lo que sí es un hecho es que Izumi Kitta como voz de Tomoko, es algo fantástico. Pocas veces me atrevo a decir que una actriz nació para cierto papel y éste es un caso. La manera que hace cambiar su voz dependiendo de si la “escuchamos en su cabeza” a cuando lo escuchamos hablar, es increíble, son como dos personas totalmente diferentes. Pero lo que más me llamo la atención de ella, fue su interpretación del ending (que no es por menospreciar a su opening que también es bueno… pero no hay punto de comparación) que dentro del contexto de la serie, es de los pocos temas de salida que siempre disfruto escuchar y nunca adelanto, dado que siento que me seguirá provocando risas por varios años por más que lo haya visto.
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